Hábitos para UNA piel bonita en invierno
Durante el invierno siempre nos apetece una bebida caliente y una manta para cobijarnos del frío, sin embargo, en esta época del año es importante no olvidar dedicarle tiempo al cuidado de nuestra piel.
Los cambios bruscos de temperaturas a los que nos enfrentamos en esta temporada no son nuestros mejores aliados en el cuidado de la piel, así que no pasemos por alto que el frío también puede maltratar nuestro cutis.
Así como el sol parece el gran enemigo de la piel, las bajas temperaturas, el viento y la humedad a los que solemos exponernos en invierno también tienen efectos adversos en nuestra dermis, como lo es la deshidratación, enrojecimiento, pérdida de luminosidad, tirantez e incluso la aparición de pequeñas heridas.
Mantener hábitos como una alimentación equilibrada, una correcta hidratación y una rutina de limpieza facial diaria, te ayudan a cuidarla y protegerla para que luzca sana, luminosa y llena de vida durante todo el invierno. En María D’uol nuestro pilar fundamental es el cuidado de la piel, por ello, queremos compartir algunos consejos que puedes incluir y adaptar a tu rutina durante la época de invierno. ¡Toma nota!
No olvides limpiar tu rostro
Aunque a menudo lo queramos evitar, este paso es imprescindible para conseguir y mantener una piel saludable. Ya sea en época de frío o calor, la limpieza facial es fundamental para que nuestra piel se conserve limpia y bien oxigenada durante todo el año.
Por ello, es importante crear una rutina adecuada con productos que se adapten a tus necesidades. Esto te ayudará a eliminar todas las impurezas acumuladas, a oxigenar y renovar tu piel.
Hidrata tu interior y tu exterior
Como el frío y el viento exponen la piel a situaciones que provocan deshidratación, pérdida de elasticidad y, como consecuencia, la aparición de arrugas, es importante incluir una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel a utilizar por la mañana y por la noche, que actúe como un escudo ante agresiones externas que la comprometan seriamente.
De igual manera, no olvides que la hidratación interna es necesaria para que nuestro cuerpo funcione correctamente, por lo que es importante tomar agua de manera constante, así como también llevar una alimentación balanceada rica en frutas y verduras que aporten vitaminas, antioxidantes y un extra de agua gracias a las propiedades que aportan.
Evita los cambios drásticos de temperatura
Si bien en invierno solo queremos llegar a casa para recibir el calor de la calefacción y disfrutar de una ducha caliente, los cambios bruscos de temperatura son muy perjudiciales para nuestra piel.
Por ello, intenta mantener una temperatura neutral en tu hogar, haz baños con agua tibia y evita ducharte más de una vez al día, especialmente si estuviste mucho tiempo expuesta al frío, ya que esto podría aumentar la deshidratación de la piel.
Acuérdate de secarse muy bien la piel después. No le damos la suficiente importancia, y al hacerlo, nuestra piel lo agradece.
La exfoliación también es importante
Exfoliar tu rostro una o dos veces por semana, según sea lo adecuado para tu tipo de piel, ayuda a eliminar las células secas y muertas que se acumulan del día a día. Esta rutina permite que nuestra piel se conserve suave y muy luminosa al aportar oxigenación, estimular sus células y aumentar con ello la síntesis de colágeno.
Recuerda elegir exfoliantes que se adecúen a ti, para así evitar la irritación de tu piel.
Además, después de terminar tu exfoliación, nunca está de más aplicar una mascarilla rica en antioxidantes y ácido hialurónico que te permitan mantener una piel más hidratada y radiante.
Protégete de los rayos UVB
Es cierto que los rayos UBV son más intensos durante el verano, sin embargo, en los meses de invierno es imprescindible que continúes usando una protección alta de al menos SPF 30, ya que los rayos UBV aún durante esta época del año pueden seguir penetrando en la piel y causar daños.
Por otra parte, es recomendable utilizar un producto para cuidar el contorno de ojos, debido a que la piel en esta parte es más fina, sensible y susceptible a la deshidratación.
Para proteger esta zona del frío y del viento, no olvides llevar siempre contigo unas gafas de sol.
Y para cuidar la delicada piel de los labios, utiliza un bálsamo que te ayude a protegerlos e impedir su sequedad.
Recuerda que en María D’uol estamos para ayudarte a vivir más tranquila, y más feliz.
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